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Taller: HipHop & Anarquía

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HipHop es más que música (el rap -uso de la poesía y el ritmo- es solo una de sus cuatro herramientas de expresión original, que se han vuelto infinitas en la actualidad), más que una contracultura (que nació en los 70’s en suburbios poblados por jóvenes afrodescendientes y latinos de EE.UU. como una forma de protesta cultural y fiesta comunitaria) e incluso más que un movimiento social (que ha surgido de distintas formas y en distintas regiones de todo el planeta tierra).

Anarquía se escribe con A de Autonomía y Autogestión frente a la A de Autoridad, con A de Autoeducación y Acción Directa frente a la Apatía y el Apoliticismo. Anarquía se escribe con A de Autodefensa y Acción: Antiestatista y Anticapitalista, Antipatriarcal y Antiespecista. Anarquía se escribe con A de Arma y de Alma, de Apoyo, de Amistad y de Amor.

Nuestra posición frente al apoyo de los dirigentes del mov. estudiantil chileno a la “Revolución Bolivariana”

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Muchos de los que hemos participado en actividades, acciones y discusiones dentro de ese movimiento que se suele denominar como “estudiantil” nos hemos encontrado con la sorpresa en los últimos días de distintas declaraciones de dirigentes y organizaciones políticas estudiantiles que llaman a defender la “revolución del pueblo venezolano”.

Esta situación que no ha sido discutida en profundidad por el movimiento y que guarda importantes connotaciones, es pronunciada por las organizaciones políticas estudiantiles que más protagonismo han alcanzado en los últimos tiempos dentro de los medios de comunicación en chile y dentro de las federaciones de las universidades chilenas. Nos referimos al Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) y la Unión Nacional Estudiantil (UNE). Aquí los comunicados respectivos de cada organización: FEL, UNE.

Sin embargo, ellos no han sido los únicos, también secciones estudiantiles del partido comunista chileno, parte de la coalición de la social-democracia-neoliberal denominada Nueva Mayoría que será prontamente gobierno en Chile de la mano de la señora Bachelet, han emitido su defensa a este “proceso revolucionario” como se denota en esta carta al mercurio de la secretaria de la federación de estudiantes de la universidad de chile (FECH)

Extrañamente, las dos primeras organizaciones en su discurso han atacado continuamente a la segunda, acusándolos de reformistas, pero en la práctica vemos que ambos tienen más de alguna cosa en común, como se deja ver en la defensa férrea al gobierno bolivariano.

También nos resulta extraño que Melisa Sepúlveda, la presidenta de la federación de estudiantes más importante de chile (FECH) y miembro del Frente de estudiantes Libertarios (FEL) haya declarado a los medios hace pocos meses que suscribía al anarquismo, y poco tiempo después sea propulsora de las declaraciones antes mencionadas las cuales defienden los “procesos electorales legítimos”, la “defensa a la democracia” y “el respeto a la constitución”, lenguaje muy particular si uno mira la tradición teórica y práctica del anarquismo a nivel histórico y mundial.

En relación al otro grupo con alto poder dentro del movimiento estudiantil, la UNE, no nos sorprenden mucho sus declaraciones, ya que concuerdan con su espíritu social-demócrata, el cual se vio fielmente reflejado en el apoyo irrestricto que tuvieron en la campaña del ex-presidenciable Marcel Claude, sujeto ena (social-democracia autentica, no la nueva como mayoría que taque encarnaba de la mejor manera la social-democracia chilmbién tiene un discurso social, demócrata, pero una práctica neoliberal). Además con esto, es decir participando en la lógica política heredada de la dictadura, la UNE legitimó totalmente el sistema electoral y constitucional que heredó el chile de Pinochet, sistema que incansablemente dicen combatir.

Estas críticas no las hacemos desde la óptica de la burguesía, como se habrán dado cuenta por el fondo de nuestras reflexiones y el lenguaje utilizado, aún así lo dejamos claro porque estos grupos que manejan las federaciones del movimiento estudiantil chileno, suelen atiborrar con insultos a todos aquellos que no están de acuerdo con sus argumentos tratándolos de: pro-imperialistas, fascistas, pequeño-burgueses, y un montón de otros epítetos que desarrollan recurrentemente en sus argumentos cuando se les profesa una crítica que no cabe en su programa político.

Esta crítica tampoco la hacemos (como sí lo hacen los dirigentes estudiantiles) desde aquella visión que respeta la democracia, las elecciones, las constituciones y todos los supuestos derechos e instituciones fundamentales de nuestra sociedad que fueron heredadas de la revolución francesa, revolución en donde (lo recordamos por si a alguien se le había olvidado) la clase social que triunfó fue: la burguesía.

Estas reflexiones tampoco significan un apoyo al “movimiento estudiantil” y de protesta actualmente en Venezuela, sabemos que existen elementos involucrados con la derecha venezolana y no nos extrañaría que el estado de EE.UU. también estuviera involucrado, la historia nos dice que estos hechos ocurren. Aunque todo parece indicar que lejos del conspiracionismo del gobierno venezolano, estamos frente a un movimiento de carácter más espontaneo que planeado, el cual incluso ha sobrepasado el accionar de la derecha venezolana. Además no concordamos con las exigencias de este movimiento que ha salido a las calles venezolanas bajo los mismos lemas de “respeto a la democracia” y reconstitución de los supuestos “derechos fundamentales” que entrega el capitalismo liberal.

Pero tal como recordamos esto, también recordamos que durante la historia muchos gobiernos que se han pretendido revolucionarios y junto al “pueblo”, con el tiempo han derivado en las peores degeneraciones de la opresión y la represión. Continue reading

E. Morral – ¿Qué esconde la “seguridad ciudadana”?

FamiliasEn el mes de junio de este año, un diario “de izquierda” informaba que el distrito de San Borja era considerado el más seguro de la ciudad de Lima según una encuesta. De acuerdo con el informe, los méritos que lo habrían hecho acreedor de esta posición serían la evaluación favorable de la policía y el serenazgo. Lo que este informe obvió es que esa misma policía fue la que asesinó brutalmente a Gerson Falla.

Este no es un caso aislado. En años anteriores la institución Ciudadanos al Día, que entre otras cosas premia las “buenas prácticas en la gestión pública”, había otorgado el segundo puesto de su ranking de seguridad ciudadana a la Municipalidad de Miraflores. Esta municipalidad había acumulado un conjunto de intervenciones autoritarias y violentas por parte de los efectivos del serenazgo contra jóvenes que se apropiaban libremente de espacios públicos. Quizás el caso más sonado fue el de “Los malditos de Larcomar”, donde se golpeó y arrestó a un grupo de jóvenes deportistas que pasaban por las inmediaciones de dicho centro comercial, acusados falsamente de ser miembros de una banda de asaltantes.

Si bien estos son hechos puntuales, las constantes intervenciones de serenos expulsando a “no vecinxs” de parques son a l g o q u e p u e d e encontrarse en la mayoría de distritos de Lima. Esto nos deja frente a un problema con dos frentes.

El primero comprende las prácticas de vigilancia y control que restringen el uso de espacios públicos y, en segundo lugar, que estas prácticas están justificadas, pedidas y toleradas por parte de la población. Es decir, no nos enfrent amos sólo a medidas microfascistas de las fuerzas del orden (policías o serenos), sino también de sectores reaccionarios, conservadores o, simplemente, gente que se siente insegura.
Los sociólogos han llamado “ideología de la inseguridad” a esta situación. Según L. Wacquant, la ideología de la inseguridad tiene su origen en EE.UU. y, mediante consultorías privadas (en especial del Bratton Group), se ha ido expandiendo primero a Europa y luego a América Latina. Por ejemplo, esta consultora de (in)seguridad vino a Lima en el 2001 a hacer un informe, contratados por el entonces alcalde, Alberto Andrade y en la última campaña municipal su hermano, Fernando, sugirió llevar a cabo la mayor parte de sus sugerencias. Si bien lxs anarquistas se han opuesto desde siempre a las medidas que buscan controlar a los individuos, es importante tener en cuenta qué implica esta ideología de la inseguridad. Para comenzar, implica la relación de actores que van desde la policía y los distintos niveles de gobierno hasta los pobladores que son quienes tienen las “demandas de seguridad”.

En segundo plano está el discurso que manejan todos los involucrados, el cual combina al neoliberalismo económico y social con un conservadurismo moral. Consiste en un conjunto de medidas como la represión de delitos menores e infracciones, el agravamiento de penas y la focalización del delito en la juventud y ciertas poblaciones y zonas de las ciudades a las cuales se las considera “en riesgo” o a las que se identifica como “inseguras”. A esto lo acompaña una jerga supuestamente científica que llama “violencias urbanas” a todo tipo de evento que “altere el orden” ¿qué orden?, pues aquél que definan quienes tengan el poder: policías, iglesia e, incluso, lxs vecinxs de un distrito.

Entonces, la manera en la que se llevan a cabo las políticas de seguridad mantienen una lógica de administración empresarial: mayores intervenciones, detenciones, así como mayor número de efectivos y de equipamiento, serán entendidos como indicadores positivos. De esta forma, se destina más dinero a seguridad y se reduce el dinero para programas sociales (el populismo cambia de rubro). Ejemplo de esto es lo que ha sucedido en otras partes del mundo, los presupuestos para armamento, autos y efectivos de seguridad aumentan, pero los servicios de salud y bienestar social se pauperizan. Obviamente para las clases medias y altas esto no implica mucho, pero para quiénes no pueden pagar seguros, educación privada ni vivir en condominios cerrados se vuelve difícil el acceso a salud de calidad, se reducen las oportunidades dentro de la misma lógica capitalista y se les estigmatiza por vivir en zonas consideradas riesgosas.

En otras palabras, la seguridad ciudadana se convierte en el mecanismo por el cual se controla a quienes el mismo sistema capitalista-democrático no puede y no quiere incorporar. Si sumamos a esto que hoy más que nunca las prisiones son botaderos donde la sociedad alberga a quienes no resultan funcionales de acuerdo con una lógica conservadora, podemos entender por el qué los pedidos de endurecimiento de penas, establecimiento de pena de muerte y ausencia de crítica frente acciones represivas de policías y serenos.

Se puede decir que el caso peruano es distinto al de Estados Unidos, sin embargo, esto no quita que la ideología de la inseguridad se esté implantando desde hace un buen tiempo. En primer lugar, tenemos a los medios de comunicación tradicionales que se han encargado de propagar el miedo en la población, haciéndonos creer que los casos más extremos son pan de cada día. Estos mismos medios dan tribuna a un conjunto de individuos que se proclaman “expertos en seguridad” y que no hacen sino exigir mayor represión, más prisiones y más dinero para el sector (algunos a pesar –o quizás gracias a- de su pasado marxista). Nunca estos “expertos” se detienen a preguntarse cuáles son las consecuencias de las políticas por las que abogan ni dan la cara cuando suceden casos como los que hablábamos al comienzo.

En el caso específico de los serenazgos basta con revisar sus planes de seguridad para encontrar, primero, un lenguaje discriminatorio y nada riguroso que mezcla arrebatos de carteras con prostitución, mendicidad y presencia de niños trabajadores. Otra etiqueta que suelen usar es la de “homosexuales” u “homosexualismo” como uno de los males a “erradicar”. A esto se suman los gastos de miles de dólares en cámaras de vigilancia que impiden el anonimato y la libertad a la hora caminar por calles o quedarse en parques y áreas verdes. Lo que hace más ridículo este planteamiento es que, en la práctica, lo único que pueden hacer los serenos es hostigar con su presencia a todo aquél considerado por autoridades y vecinos como “indeseable”. No resulta tan aventurado asumir, entonces, que la expulsión violenta de lxs marginales e indeseadxs se tenga que justificar con “operativos de seguridad” y que las medidas que supuestamente permitirán el uso de espacios públicos lo restrinjan tanto como los robos.

En resumen, la crítica anarquista de los dispositivos de seguridad y de las prisiones no ha perdido vigencia, sino que se ha vuelto más útil que nunca para enfrentar estos métodos falaces.

Sobre la miseria espiritual de la navidad

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Palabras preliminares

El siguiente texto no tiene pretensiones de objetividad. Fue escrito tanto desde la racionalidad como desde la emocionalidad. Como individuo integrante del sistema cultural no puedo sustraerme y pretender tener una opinión objetiva con respecto a temas de tanta carga subjetiva como, por ejemplo, la espiritualidad. Por otro lado he nacido en una sociedad en donde la navidad tiene una posición relevante. Yo he participado de esa ceremonia, desde pequeño me enseñaron (los medios, la escuela, mi familia, etc) que ella era una institución respetable e importante dentro de nuestras vidas. Mi opinión con respecto a la navidad esta permeada por mis experiencias personales, por tanto el siguiente escrito no busca desenfundar “verdades”, sino mas bien fomentar el debate y el cuestionamiento desde una persona cansada de una sociedad que suele privilegiar el conformismo y el consenso. Como mi pretensión no es plantearme desde la academia o desde una racionalidad hegemonica, utilizare metaforas, alegorias y hasta pequeños cuentos para expresar lo que siento. Aquí vamos entonces… Continue reading

La guerra silenciosa: Donde el zahorí lector oirá hablar de cierta celebérrima moneda

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Por la misma esquina de la plaza de Yanahuanca por donde, andando los tiempos, emergería la Guardia de Asalto para fundar el segundo cementerio de Chinche, un húmedo septiembre, el atardecer exhaló un traje negro. El traje, de seis botones, lucía un chaleco surcado por la leontina de oro de un Longines auténtico. Como todos los atardeceres de los últimos treinta años, el traje descendió a la plaza para iniciar los sesenta minutos de su imperturbable paseo.

Hacia las siete de ese friolento crepúsculo, el traje negro se detuvo, consultó el Longines y enfiló hacia un caserón de tres pisos. Mientras el pie izquierdo se demoraba en el aire y el derecho oprimía el segundo de los tres escalones que unen la plaza al sardinel, una moneda de bronce se deslizó del bolsillo izquierdo del pantalón, rodó tintineando y se detuvo en la primera grada. Don Herón de los Ríos, el Alcalde, que hacía rato esperaba lanzar respetuosamente un sombrerazo, gritó: “¡Don Paco, se le ha caído un sol!”.

El traje negro no se volvió.

El Alcalde de Yanahuanca, los comerciantes y la chiquillería se aproximaron. Encendida por los finales oros del crepúsculo, la moneda ardía. El Alcalde, oscurecido por una severidad que no pertenecía al anochecer, clavó los ojos en la moneda y levantó el índice: “¡Que nadie la toque!” La noticia se propaló vertiginosamente. Todas las casas de la provincia de Yanahuanca se escalofriaron con la nueva de que el doctor don Francisco Montenegro, Juez de Primera Instancia, había extraviado un sol.

Los amantes del bochinche, los enamorados y los borrachos se desprendieron de las primeras oscuridades para admirarla. “¡Es el sol del doctor!”, susurraban exaltados. Al día siguiente, temprano, los comerciantes de la plaza la desgastaron con temerosas miradas. “¡Es el sol del doctor!”, se conmovían. Gravemente instruidos por el Director de la Escuela —”No vaya a ser que una imprudencia conduzca a vuestros padres a la cárcel”—, los escolares la admiraron al mediodía: la moneda tomaba sol sobre las mismas desteñidas hojas de eucalipto. Hacia las cuatro, un rapaz de ocho años se atrevió a arañarla con un palito: en esa frontera se detuvo el coraje de la provincia.

Nadie volvió a tocarla durante los doce meses siguientes. Sosegada la agitación de las primeras semanas, la provincia se acostumbró a convivir con la moneda. Los comerciantes de la plaza, responsables de primera línea, vigilaban con tentaculares miradas a los curiosos. Precaución inútil: el último lameculos de la provincia sabía que apoderarse de esa moneda, teóricamente equivalente a cinco galletas de soda o a un puñado de duraznos, significaría algo peor que un carcelazo. La moneda llegó a ser una atracción. El pueblo se acostumbró a salir de paseo para mirarla. Los enamorados se citaban alrededor de sus fulguraciones.

El único que no se enteró que en la plaza de Yanahuanca existía una moneda destinada a probar la honradez de la altiva provincia fue el doctor Montenegro.

Todos los crepúsculos cumplía veinte vueltas exactas. Todas las tardes repetía los doscientos cincuenta y seis pasos que constituyen la vuelta del polvoriento rectángulo. A las cuatro, la plaza hierve, a las cinco todavía es un lugar público, pero a las seis es un desierto. Ninguna ley prohíbe pasearse a esa hora, pero sea porque el cansancio acomete a los paseantes, sea porque sus estómagos reclaman la cena, a las seis la plaza se deshabita. El medio cuerpo de un hombre achaparrado, tripudo, de pequeños ojos extraviados en un rostro cetrino, emerge a las cinco, al balcón de un caserón de tres pisos de ventanas siempre veladas por una espesa neblina de visillos. Durante sesenta minutos ese caballero casi desprovisto de labios, contempla, absolutamente inmóvil, el desastre del sol. ¿Qué comarcas recorre su imaginación? ¿Enumera sus propiedades? ¿Recuenta sus rebaños? ¿Prepara pesadas condenas? ¿Visita a sus enemigos? ¡Quién sabe! Cincuenta y nueve minutos después de iniciada su entrevista solar, el Magistrado autoriza a su ojo derecho a consultar el Longines, baja la escalera, cruza el portón azul y gravemente enfila hacia la plaza. Ya está deshabitada. Hasta los perros saben que de seis a siete no se ladra allí.

Noventa y siete días después del anochecer en que rodó la moneda del doctor, la cantina de don Glicerio Cisneros vomitó un racimo de borrachos. Mal aconsejado por un aguardiente de culebra, Encarnación López se había propuesto apoderarse de aquel mitológico sol. Se tambalearon hacia la plaza. Eran las diez de la noche. Mascullando obscenidades, Encarnación iluminó el sol con su linterna de pilas. Los ebrios seguían sus movimientos imantados. Encarnación recogió la moneda, la calentó en la palma de la mano, se la metió en el bolsillo y se difuminó bajo la luna.

Pasada la resaca, por los labios de yeso de su mujer, Encarnación conoció al día siguiente el bárbaro tamaño de su coraje. Entre puertas que se cerraban presurosas se trastabilló hacia la plaza lívido como la cera de cincuenta centavos que su mujer encendía ante el Señor de los Milagros. Sólo cuando descubrió que él mismo, sonámbulo, había depositado la moneda en el primer escalón, recuperó el color.

El invierno, las pesadas lluvias, la primavera, el desgarrado otoño y de nuevo la estación de las heladas circunvalaron la moneda. Y se dio el caso de que una provincia cuya desaforada profesión era el abigeato, se laqueó de una imprevista honradez. Todos sabían que en la plaza de Yanahuanca existía una moneda idéntica a cualquier otra circulante, un sol que en el anverso mostraba el árbol de la quina, la llama y el cuerno de la abundancia del escudo de la República y en el reverso exhibía la caución moral del Banco de Reserva del Perú. Pero nadie se atrevía a tocarla. El repentino florecimiento de las buenas costumbres inflamó el orgullo de los viejos. Todas las tardes auscultaban a los niños que volvían de la escuela. “¡Y la moneda del doctor?”, “¡Sigue en su sitio!”, “Nadie la ha tocado”, “Tres arrieros de Pillao la estuvieron admirando”. Los ancianos levantaban el índice; con una mezcla de severidad y orgullo: “¡Así debe ser; la gente honrada no necesita candados!”.

A pie, o a caballo, la celebridad de la moneda recorrió caseríos desparramados en diez leguas. Temerosos que una imprudencia provocara en los pueblos pestes peores que el mal de ojo, los teniente-gobernadores advirtieron, de casa en casa, que en la Plaza de Armas de Yanahuanca envejecía una moneda intocable. ¡No fuera que algún comemierda bajara a la provincia a comprar fósforos y “descubriera” el sol! La fiesta de Santa Rosa, el aniversario de la Batalla de Ayacucho, el Día de los Difuntos, la Santa Navidad, la Misa de Gallo, el Día de los Inocentes, el Año Nuevo, la Pascua de Reyes, los Carnavales, el Miércoles de Ceniza, la Semana Santa y, de nuevo, el aniversario de la Independencia Nacional sobrevolaron la moneda. Nadie la tocó. No bien llegaban los forasteros, la chiquillería los enloquecía: “¡Cuidado, señores, con la moneda del doctor!” Los fuereños sonreían burlones, pero la borrascosa cara de los comerciantes los enfriaba. Pero un agente viajero, engreído con la representación de una casa mayorista de Huancayo (dicho sea de paso: jamás volvió a recibir una orden de compra en Yanahuanca) preguntó con una sonrisita: “¿Cómo sigue de salud la moneda?”. Consagración Mejorada le contestó: “Si usted no vive aquí, mejor que no abra la boca”. “Yo vivo en cualquier parte”, contestó el bellaco, avanzando. Consagración —que en el nombre llevaba el destino— le trancó la calle con sus dos metros: “Atrévase a tocarla”, tronó. El de la sonrisita se congeló. Consagración, que en el fondo era un cordero, se retiró confuso. En la esquina lo felicitó el Alcalde: “¡Así hay que ser: derecho!” Esa misma noche, en todos los fogones, se supo que Consagración, cuya única hazaña conocida era beberse sin parar una botella de aguardiente, había salvado al pueblo. En esa esquina lo parió la suerte. Porque no bien amaneció los comerciantes de la Plaza de Armas, orgullosos de que un yanahuanquino le hubiera parado el macho a un badulaque huancaíno, lo contrataron para descargar, por cien soles mensuales, las mercaderías.

La víspera de la fiesta de Santa Rosa, patrona de la Policía, descubridora de misterios, casi a la misma hora en que un año antes la extraviara, los ojos de ratón del doctor Montenegro sorprendieron una moneda. El traje negro se detuvo delante del celebérrimo escalón. Un murmullo escalofrió la plaza. El traje negro recogió el sol y se alejó. Contento de su buena suerte, esa noche reveló en el club: “¡Señores, me he encontrado un sol en la plaza!”.

La provincia suspiró.

Escrito por Manuel Scorza (Lima, 1928). Poeta, novelista y militante político varias veces obligado a exilarse del territorio controlado por el estado de Perú. Texto aparecido en “Redoble por Rancas” (1970), primera novela de su serie La guerra silenciosa.

Profeta Marginal: El DJ y la Lógica del sample

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Para comenzar situémonos en los guettos de New York de los años 70. Al hablar del DJ (disc jockey) no podemos dejar de nombrar a Afrika Bambaataa quien mezcla en las block party, y funda la Zulu Nation después de viajar a África; Grand Wizard Theodore quien inventó el scratch; Grandmaster Flash quien perfeccionó el turntablism; y Kool Herc quien inventó la técnica de mezclar breakbeat con 2 vinilos iguales; como cuentan algunos de ellos mismos en el documental “Scratch”. El breakbeat es utilizado por todos los DJ`s de los 70 y 80, al tomar estas muestras de música anteriormente grabada, se hacia un homenaje a los músicos antiguos para crear una nueva pieza musical, aunque esta técnica esta al borde de la ilegalidad puesto que muchos artistas fueron acusados de plagio por las grandes disqueras.

Es así como el DJ, entre otras cosas, contribuye a la cultura HipHop con el rescate de la memoria a través de los breakbeat. De esta forma se populariza el “sample” como por ejemplo “funky drummer” de James Brown es ocupado un sinnúmero de veces en nuevas piezas musicales del HipHop. Incluso los grupos De La Soul o Public Enemy han compuesto sus trabajos discográficos en su mayoría a base de samples; comenta Anki Toner en su libro “Hip Hop”.

Pero, no solo en la música, sino más bien en todos los elementos del HipHop. Por el ejemplo el b-boy samplea pasos de las danzas rituales de África, o también de la gimnasia olímpica, o la capoeira y las artes marciales; o en el caso del Graffiti se samplea técnicas y personajes del comic, pero también del realismo, impresionismo, o del muralismo, etc.; o por ejemplo cuando el HipHop se autoeduca y organiza de forma autodidacta, rescata o samplea ideas de Black Panthers Party, de Malcolm X, o de la educación popular de Paulo Freire en el caso de Latinoamérica.

Es así como el sample esta presente en todos los elementos del HipHop, ya no es solo una técnica, sino que una lógica intrínsica en toda la cultura HipHop; la “lógica del sample”.

Entre otras cosas es gracias a la lógica del sample el HipHop ha lo grado expandirse por todo el mundo, puesto que a cada lugar que llega esta cultura, rescata la memoria local e idiosincrasia del territorio, a la ves que se identifica con la lucha de los oprimidos, forjándose mas cultores autodidactas de esta cultura callejera; como muestra el articulo Planeta HipHop del National Geographic.

Es gracias a la lógica del sample que el HipHop tiene la característica de plasticidad; o sea está en constante expansión y transformación. Como por ejemplo el hecho que en un principio se reconocieran 4 elementos, pero desde hace algunos años la organización “El Templo del HipHop” postula que existen ya 9 elementos; y si contamos también el Beatmaker como un elemento podríamos decir que existen 10 elementos, y pienso que seguirá generándose una multiplicidad de elementos mas. Bajo esta lógica el HipHop tiene una característica transformadora, opuesta al dogmatismo y a lo establecido. No solo cada territorio aporta su idiosincrasia, sino también cada grupo, y cada sujeto siguen construyendo, fortaleciendo y redefiniendo la cultura en todo el mundo.

Muchos hablan de HipHop haciendo una analogía con la estructura del árbol, con raíz, tronco y ramas; en lo personal pienso que la lógica del sample, la plasticidad, la multiplicidad del HipHop y su constante expansión demuestran que el HipHop no es lineal, no tiene una estructura de árbol, mas bien prefiero hacer una analogía del “rizoma” (concepto desarrollado por Deleuze y Guattari en filosofía) en donde la organización de los elementos no están sujetos a una jerarquía, sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro de forma horizontal sin un centro o un tronco. Para mi, así es el HipHop un rizoma con características de plasticidad, multiplicidad, autonomía y constante expansión gracias a la lógica del sample.

Artículo tomado del fanzine Incendio Nº 2 – mayo 2012. Profeta Marginal estará presente, junto a Intifada y diversos grupos locales, este domingo 1 de diciembre en el aniversario del colectivo Zona Liberada.

Ejército Nihilista de Terrorismo Espiritual: Halloween como principio revolucionario

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“Dios es un orgasmo continuo”

– A. J.

No es una fiesta para adolescentes pequeño burgueses ni para que las tiendas coloquen calabazas huecas de “semblante grotesco” en sus anaqueles. El anaranjado y el negro nunca fueron colores consignados a la Publicidad del Deseo Reprimido (siempre se conservaron, respectivamente, como el equilibrio del espíritu y el eterno silencio de la conciencia). Ni fantasmas cubiertos de tela ni brujas chillonas ni personajes de terror mediático deambulando en las calles como pequeñas propiedades privadas del patriarcado trabajador. Ni encantos de marketing ni cenas hipócritas ni condenaciones de pecado culpa sexualidad acallada, sino vástagos de conciencia, verdaderas hechiceras de la Era de Zión, danzantes nudistas, malabaristas de la secta Émile Armand en monociclo, prestidigitadores postnietzscheanos, nibelungos espasmódicos. Continue reading

[Sanyú] Los por qué del uso de pasamontañas

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Muchos son los motivos por los cuales l@s zapatistas cubren sus rostros con un pasamontañas o bien con un “paliacate” (pañuelo): por motivos de seguridad, para no basar las luchas colectivas en la figura del ego personal y tener tod@s un mismo rostro, para fomentar la imaginación, etc. Incluso hay quienes intentan ver en esta práctica una recuperación de ceremonias, realizadas con máscaras, de las culturas indígenas prehispánicas.

Cómic realizado por Sanyú, tomado del libro Zapatismo para principiantes.

[Panfleto] El presente no volverá: Estamos en todas partes, luchamos de muchas formas

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No es que el presente tenga condiciones especiales que nos obliguen a salir a la calle a protestar, pues nuestro tiempo vive encausado en el capitalismo, un sistema social que se perpetúa en base a la explotación y la insatisfacción, por tanto las condiciones para la exaltación y la revuelta son constantes en todos los lugares de este país y del mundo. El encanto de este momento que nos toca vivir es que esa insatisfacción que se vive habitualmente en forma individual o aislada ha encontrado una expresión colectiva.

La reacción colectiva suele expresar su rechazo al autoritarismo político en un país, o a la desprotección social en otro, a la mercantilización de la educación en otros tantos, a la explotación de la naturaleza en algunos, al aumento de los precios de alimentos y transporte en casi todos. Pero pareciera que la acción espontánea de millones de personas alrededor del mundo busca mantener el status quo perfeccionando los instrumentos de su propio sometimiento: más democracia, más trabajo, más educación, más producción.

Todos miran en conjunto al cielo esperando por un héroe que baje del sistema a representar sus aspiraciones sin descubrir su propia fuerza y capacidad como conjunto de seres humanos en la busca de una vida autónoma plena, sin bancos, sin políticos, sin hidroeléctricas ni guerras por fuentes energéticas, sin alquileres, sin escuelas que no enseñan nada más que la reproducción de la misma mierda. Sin Estado, sin Capital.

Pero éste presente aún no se nos escapa, y hacernos cargo de éste tiempo es lo único que nos queda si no queremos que los nuevos políticos, las nuevas fuentes de energía, la nueva democracia que surja triunfante de la actual crisis y sus protestas sean la mierda que tengamos que tragarnos mañana. Continue reading