Este fanzine ha sido realizado tras visitar a las presas políticas del anexo de mujeres de la cárcel de Chorrillos en Lima. Tiene como objetivo dar a conocer y denunciar la situación de las presas&presos políticxs porque consideramos que no puede haber movimiento anticarcelario si no se conoce y reconoce a las genealogías de los procesos represivos. En este caso, el proceso de lxs presxs políticxs en el territorio controlado por el estado de Perú nos acerca a esa realidad del exterminio por parte de las políticas –la penitenciaria, entre otras– de la democracia y la dictadura estatal. Pretende abrir la reflexión y cuestionar como el movimiento anarquista en este territorio ni ve ni se solidariza con la realidad circundante de lxs presxs políticxs. ¿Quizá sea por una cuestión de afinidad?, ¿quizá demagogia política?, ¿o más bien de comodidad?
Saludos a las presas políticas de Chorrillos y a Patricia.
Lima-La Paz 2012-13
Descargar: Crónicas desde (la temporalidad de) dentro
[Fragmento] Visita a las presas políticas del Anexo de mujeres de Chorrillos
Llego al penal de Chorrillos.
Una señora que vende chucherías y lleva faldas en una bolsa transparente, me comenta si quiero dejar mis pertenencias en su tienda porque no puedo entrar con ellas. Le digo que sí y vamos. Llevo puesta la falda que me prestó mi amiga porque sin falda no puedes entrar al penal y aunque me advirtieron que no capuchas ni cosas de negro, estoy mas bien oscura. Me dicen que no puedo entrar con zapatillas, solo con zapatos o sandalias, me miro mis bambas que más bien son botas. Dudo. No sé qué hacer. Me cobran por guardarme las cosas y por unas sandalias, representa más plata y ando justa. Finalmente acepto y me pongo las sandalias. 1 sol por guardar las cosas, 1. 50 por las sandalias. Le pago. Me voy a la cola. Una señora me dice que no puedo entrar con los pantys. Me sacó los pantys y me quedo con las patas desnudas. A pesar de los golpes insistentes de las familiares a la puerta de entrada, nos tienen esperando alrededor de unos 15 minutos. Entramos. Miradas a mi cabeza con cresta y rapada al cero. ¿A quién vas a visitar? Menciono a la interna que visito. ¿Relación? Amiga. El tipo no ve mi número de documento y se lo tengo que dictar. Me pregunta si soy periodista. No. Paso. Tengo rabia, pero intento ser lo más ingenua posible, lo más tonta posible. Cuando estoy a punto de traspasar la puerta del control para acceder al módulo, una voz por detrás me grita: -Usted, usted – Me giro, me llama y voy – A quién va a visitar? Voy al módulo A, y vuelvo a mencionar a la interna que visito. – Me mira de arriba a abajo. Efectivamente me quiere joder- Así con esa ropa no puede entrar- Le discuto de forma ingenua y me insiste que no, que esa falda no sirve, que tiene que ser larga, que es corta- iba por la rodilla- luego se agarra al argumento que es un vestido. Vamos… que me hacen salir. Voy a la tienda y tengo que alquilar una falda de color lila, porque si me pongo una negra, voy demasiado oscura. Otro 1. 50.
Finalmente entro y accedo al módulo A de presas políticas. En la puerta yacen dos mujeres con amplias sonrisas. Dudo si son funcionarias, pero esa energía que desprenden me hace sentir que no. Me preguntan a quién vengo a visitar, digo el nombre e inmediatamente la van a buscar. Viene. Es curioso, porque la noche anterior me preguntaba cómo sería el contacto con ellas, cómo rompería el hielo para hablar con alguien que no conozco, con toda la carga de ser una presa del Partido Comunista del Perú- Sendero Luminoso con 20 años de cárcel sobre su cuerpo.
No hay ningún hielo, no hay nada de obstáculos, esas sonrisas y esas primeras palabras que me recibieron rompen cualquier tipo de frialdad y barrera. Nos presentamos y nos vamos a sentar al patio. Es sábado, es día de visitas y hay corrillos de mujeres en todo el patio. Presa 20 años, no puedo evitar pensar en ese número que en sí mismo no significa nada si no se ha vivido. La miro y no me puedo creer que lleve tanto tiempo sin salir y que desprenda esa energía. Allí están todas alegres, enérgicas y todas con largas condenas sobre sus cuerpos, algunas con cadena perpetua y otras con cadena perpetua encubierta. No puedo evitar pensar en que mis inquietudes son irrelevantes al lado de ese encierro y sin embargo están fuertes, son
fuertes y seguirán siéndolo.
Empezamos a charlar, hablamos de distintos temas. Me siento muy muy cómoda. Las palabras fluyen y siento los puntos de unión, la afinidad que se puede percibir cuando dos personas quieren conversar, fluir y generar una relación. Ahora desde afuera, es cuando me cuestiono que he estado hablando con personas que se consideran marxistas-leninistas maoístas-pensamiento Gonzalo… en resumidas cuentas, para el anarquismo el marxismo-leninismo-maoísmo es considerado una ideología autoritaria. Y para algunas de ellas, el anarquismo es considerado como una táctica errónea. Y yo veo mas bien puntos de unión y de convergencia.
Nuestra conversación es un intercambio de experiencias y visiones. Más tarde, se unen dos mujeres, todas ellas con ojos abiertos y llenos de vida. Hablamos de casi todo, del vegetarianismo estricto, de la condición de la mujer, de las experiencias anarquistas, de las leyes antiterroristas mundiales y la persecución a la protesta social, de sus luchas dentro de las prisiones, del estado actual y de la campaña de desprestigio a lxs presxs políticos acusadxs de terrorismo.
A. que está a mi lado izquierdo, fue condenada a cadena perpetua junto a otras compañeras en los 90’s. Mientras a la gran mayoría de ellas les fueron anulados los juicios militares y conmutados a civiles y sentenciadas entre 20 y 35 años de condena, A. y otras compañeras siguen con cadena perpetua. Muchas de ellas han salido.
En el momento de más represión llegaron a ser 400 en el módulo A de Chorrillos. La cárcel se creó para ese fin en 1987 y ellas fueron trasladadas tras la masacre de 1992 en el penal de Castro Castro1.
Durante el período de los 90’s hasta el 2001-03, las presas políticas recibían una visita de media hora al mes en cubículos opacos con una ventanilla de malla de metal y en sus celdas no podían tener ningún tipo de utensilio, sea radio, esferos-bolígrafos, lápices, evitando así que pudieran escribir, dibujar, estudiar o trabajar. De esta manera la supuesta reducción de condena por estudio o trabajo, no era real en su caso. Ahora que ya pueden tener ese tipo de pertenencias les han sido denegadas las reducciones de condena por ser acusadas de terrorismo.
La tortura encubierta que viven en prisión, además del trato cotidiano como la dispersión de presxs con parentesco por los diferentes penales, pasa por una campaña mediática por parte del Estado que quiere enfocar el “terrorismo” como el problema central de la política peruana situando a lxs presxs políticxs y la cercana libertad de algunxs de ellxs como una amenaza y peligro para la paz social. Así de repente, de forma estratégica, han empezado a reimplantar el régimen cerrado especial o de aislamiento en el módulo C de Chorrillos -un régimen que había dejado de practicarse- a presas comunes y políticas. A esta situación hay que sumarle los tres últimos traslados arbitrarios que se han dado durante el último mes, rompiendo de esta forma 20 años de autorganización colectiva autónoma dentro su módulo histórico de presas políticas de Chorrillos, para trasladarlas al módulo actual, donde apenas tienen espacio. Sus talleres ya no tienen espacios físicos y sus cosas, muchas permanecen amontonadas en el patio, con temor de ser otra vez trasladadas.
Ellas cuentan como hay diferenciación de género entre los presos y las presas políticas, condenas más largas para ellas por el mismo hecho, negación por mucho tiempo a la entrada de hombres (aun ahora tienen que pedir un permiso especial para que puedan entrar hombres a sus celda) por tanto negación al deseo heterosexual y privación de la maternidad… un trato también diferente por parte de la prensa y la historiografía que las define y las presenta como unas sanguinarias, como las que ejercían de forma más salvaje y sin escrúpulos la violencia, como unas terribles… como las que no decidieron ser parte del PCP-SL, sino que las llevaron – fueron llevadas sus
maridos, hermanos o padres… anulándolas como sujetos políticos. Como no va ser así, cuando la sociedad dictamina que las mujeres deben ser esposas, madres, buenas amas de casa, sumisas, devotas y no, revolucionarias y guerrilleras.
M. cuenta como su padre fue asesinado en 1983 en una emboscada conocida como la masacre de Uchuraccay2. Cuenta que su familia ha sufrido persecución.
Dice que su historia es un ejemplo y reflejo de la historia de la violencia estatal de Perú. A. tiene a su hermana en el módulo C de régimen cerrado. Su madre, hoy día de visita, va a tener que desdoblarse para verlas. (Más tarde nos enteraremos que no la pudo ver, porque de forma arbitraria han cambiado el día de visitas de los sábados a los martes y jueves para el módulo C).
Cambia el grupo y se acercan otras presas. Me enseñan las fotos de los tres murales que han hecho sobre la mujer en la historia “peruana”- prehistoria, pre incario e incario, el proyecto es hacer un recorrido de la mujer por la historia y que de forma itinerante se mueva por el país – es un proyecto cultural y político que reivindica la amnistía general pero me comentan que justo ayer a la noche, empezaron a criminalizar los murales, por lo que los medios han empezado a decir que esos murales forman parte de la propaganda de SL y por tanto del terrorismo. Eso junto a un cambio de la directora del penal configura un panorama más bien borroso para la continuación del proyecto.
En la recta final se da un posicionamiento de ambas partes y surgen algunas fricciones dialécticas-ideológicas y algunos puntos de unión, como destruir para construir. S. me dice, que la voluntad no es suficiente, que el voluntarismo no va a hacer que las cosas cambien, que para que las cosas cambien hay que dar un paso más allá y para dar ese paso más allá, no se puede dar así a lo loco, sino con una estrategia.
Anotaciones:
– Se pone siglas imaginarias a los nombres por temor a represalias.
– Días después de la visita, Thays (una interna por delito común), se suicidó en el módulo de presas en régimen especial cerrado.
Tercera visita a las presas políticas del EP Anexo Chorrillos
Me pongo la falda y las sandalias corriendo, esta vez me las ha prestado una amiga y esta vez solo me van a cobrar un sol por guardarme la mochila. Me apresuro a vestirme, pues me han dicho que, dentro de media hora, cierran las puertas -a las 12:30 y no dejan entrar hasta las 2:30 – Corro.
Hay mujeres en la puerta, reconozco a la mamá de una de las presas políticas. Nos tienen unos 10 minutos. Entramos, hay prisas. Justo a la mujer que reconozco la marean diciéndole, que su hija no está en el módulo C, de régimen cerrado especial, sino que está en el B y hay una pequeña confusión. El ambiente se tensa, ella dice que su hija está en el C y los funcionarios de prisiones (INPE) dicen que su hija está en el B. Finalmente está en el régimen C, dentro de la categoría B… y pasa al pasillo de control de objetos personales.
Vuelven a poner problemas, ahora con la visita amiga de Elena Iparraguirre (número 2 del PCP y que está encerrada en régimen cerrado especial, con más de 20 años de prisión) le dicen que los días de visitas son los miércoles (hoy es sábado) y ella replica que son los sábados, que ya vino el miércoles pasado y no le dejaron entrar. Otra vez tensión, el funcionario que escribe los registros, no sabe, el otro, dice que son los miércoles. Ahí nadie sabe nada y ellos son los que deberían saberlo. La tensión aumenta, se acerca la hora de que cierren las puertas…
En medio de esto, desaparece la funcionaria que debería de chequear las encomiendas y objetos personales, se la escucha pelear del otro lado de la puerta, más nervios, gritamos que vengan que pasa el tiempo… al final me hacen pasar, me chequean. Entro, hay revuelo, no se sabe si van a dejar entrar a la amiga de Elena, las chicas del pabellón A, las presas políticas, empiezan a reclamar a la funcionaria para que dejen pasar a la amiga de Elena. Traspaso la segunda puerta enrejada. Ya estoy adentro. Hoy, no hay nadie del funcionariado en el patio como el anterior día que estaban presentes haciéndoles unos cuestionarios para ver cómo estaba siendo su desarrollo y calificarlas, para ver si seguían en sus actuales regímenes. Ellos revelaron que los últimos traslados se hicieron por causas de seguridad y no de des hacinamiento como argumentaban. Hoy, está todo más tranquilo aparentemente, al final la amiga de Elena, pudo entrar a visitarla.
Compartimos la presentación del libro de la Voz de la Mujer3 con película incluida y de ahí intercambiamos un poco de opiniones. Les pregunto por la guerra popular ya que me interesa saber ese lado de la historia que está totalmente silenciado y que es un gran tabú. A partir de un estudio minucioso y completo de la situación sociopolítica, económica e histórica del Perú, que llevó alrededor de 20 años, desarrollaron una estrategia político- militar. Una guerra popular. Una guerra que a diferencia de otros levantamientos que hubo en el Perú, su foco fue en el campo. Quizá ese signo de diferencia con las otras luchas fallidas, hizo que estuviera en jaque al estado peruano durante 12 años, con las dos terceras partes del país, bajo su poder.
Se desarrolla un proceso de suspensión y vacío del orden burgués que culmina en el Nuevo Poder. El Nuevo Poder consiste en establecer el nuevo orden organizativo a través de los Comités del Pueblo, tras haber tomado el poder o bien mediante la armas o bien, por la misma renuncia de las autoridades locales. Se confiscan las tierras y el ganado a los latifundistas y se reparten entre la población local. A la vez que se dan acciones de sabotaje tanto en la ruralidad como en la urbanidad, con la idea de cercar las ciudades. Al contextualizar tales hechos dentro de una guerra, el proceso no es tan sencillo, generándose una espiral, ya que una vez establecido el Nuevo Poder, a veces es tomado por las fuerzas represivas del Estado y otra vez tomado por los comités y así sucesivamente.
Cuando recibo las palabras de Nuevo Poder y me explican el proceso de la destrucción de un viejo orden, pues estamos hablando de un contexto en el que el campo se encontraba en una situación servidumbre total, llamada gamonalismo, me viene a la cabeza el tema de la revolución “española” de 1936, con el tema del comunismo libertario, las expropiaciones de la tierra y la formación de colectividades. Así que puedo entrever a partir de sus palabras y a pesar de no saber casi nada, que el proceso que tuvieron ellas, fue un proceso revolucionario, que al igual que el anarquismo tenía y tiene como lema: destruir para construir.
Es a partir de esta lógica que puedo comprender el proceso revolucionario que impulsó PCP-SL. Partiendo de la idea de guerra popular o proceso revolucionario, no podemos quedarnos en análisis fragmentados que pretenden deslegitimar dicho proceso revolucionario, señalando las “sangrías” sin analizar el contexto. Me estoy refiriendo al tema de las llamadas masacres o ejecuciones indiscriminadas. Las acciones de SL y el movimiento que se generó con estas acciones, partieron de unas lógicas de guerra, que ya de por si son muy complejas y en las cuales está todo relacionado entre sí. Recuerdo como en la escuela (una escuela progre, de izquierdas) me enseñaban que lxs anarquistas durante lo que ellxs llamaban guerra civil de 1936
-para invisibilizar la revolución que hubo- “habían sido unxs demonios sangrientos, que habían matado monjas y curas, quemaban iglesias y habían cometido todo tipo de excesos violentos, entre ellos, ejecuciones masivas e indiscriminadas.” Además de “haber obligado” – mediante la fuerza- a “las turbas” al “pueblo” a hacerse anarquista
o a crear colectividades. Eso sí, nunca hablaban de las masacres, ejecuciones y encarcelamientos que practicó el supuesto Estado Democrático Republicano. (Hoy, como sujetx político que me defino como anarquista, considero que el movimiento anarquista es el que debe hacer un análisis autocrítico de dicho período y considerar donde se acertó y donde se erró, comprendiendo las lógicas de la guerra social)
Cuando escucho los relatos de las compañeras presas, pienso y comparto al igual que ellas que su situación es parecida a la de las presas políticas españolas de las cárceles de Franco y también a las presas políticas de la Transición y “Democracia”. Ellas al igual que esas presas, vivieron desde 1992 hasta aprox. 2001-03 en condiciones de máximo encierro y aisladas totalmente. Llevan encerradas 20 años, algunas ya llevan 22 años, y a pesar de que la guerra popular puso fin en el 92, ellas deberían estar en la calle, o bien en libertad condicional o bien con una amnistía, o bien, como una forma, de reconcomiendo de ser presas políticas de una guerra. Por mucho que sepa y sepamos cuales son las prácticas represivas del Estado, siento indignación y rabia, al ver como se está negando el poder explicar una parte de la historia, el poder hacer investigaciones y recopilar la “memoria”.
No se puede hablar de proceso revolucionario, de guerra popular, no se puede hablar de presas políticas, no se puede escribir otra, otras historias, porque es apología al terrorismo. Siento mucha, mucha rabia. Una sola versión de la historia, escrita por la Comisión de la Verdad, que ni siquiera tiene respaldo unánime. Esa es la supuesta versión que hay que respetar. Ahora, quieren aprobar la ley sobre Negacionismo: no se puede negar que hubo terrorismo sino es delito, cárcel. En ese período de la historia que quieren negar, hay un ejemplo de lucha, de práctica revolucionaria, del cual deberíamos compartir, aprender y tener como referentes latinoamericanos, no dejando de ser críticas obviamente pero no cerrándonos en esquemas ideológicos que no nos hacen ver más allá de nuestras narices blanco-mestizas. La subalternidad es una práctica desde donde se han movido los movimientos políticos revolucionarios y contra culturales, desde allá es donde se ha recopilado, se ha accionado y es desde allá desde donde nos toca hacer frente, sin embargo, tal contexto represivo ha hecho mella hasta en esa barricada.
Tenemos una responsabilidad política de dar a conocer tal proceso histórico, sus historias y su actual situación, desde la solidaridad con lxs presxs políticxs y como personas críticas con las luchas antiestatales y revolucionarias. 20 años se dice rápido. Ya deberían haber salido de su situación de silenciamiento encubierto y de criminalización. Rabia y más rabia. Un amplio sector de la
población y los mass media, quieren que se pudran en la cárcel. Obviamente el patriarcado-sistema sexo-género hace mella en esas visiones creando arquetipos y estigmas de la cruel y sanguinaria terrorista.
Acabo con las palabras de Nancy Mejía Ramos:- Hoy seguimos trabajando
y estudiando, a pesar de que en octubre del 2009 nos quitaron el derecho a la libertad condicional, anulando el 7 años por 1, para la liberación condicional. Ilegal e inconstitucionalmente anularon los beneficios penitenciarios para salir en libertad. Estoy sentenciada a 30 años, cuando saldré en libertad? Prácticamente nos están sepultando en vida.
Notas:
[1] La masacre del penal de Castro Castro de 1992, ejecutada por Fujimori. Fue un acto premeditado de eliminación de presxs y procesadxs políticxs, con el objetivo de acabar con la “conquista de la cárcel desde dentro” de SL, bajo la excusa de un traslado de las presas políticas al EP de Chorrillos. En el penal Miguel Castro Castro se encontraba la mayor cantidad de presos acusados o sentenciados por terrorismo, tanto del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (SL) como del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). En el Pabellón 1-A se encontraban tanto presos como presas, mientras que en el 4-B sólo hombres, todos ellos acusados de delitos de terrorismo y traición a la patria, algunos ya condenados, a otros luego se les sobreseyeron sus causas penales y a tantos otros no se les respetó el debido proceso. Tenemos que decir que en junio de 1986 bajo el gobierno de Alan Garcia, se utilizó la represión y hubo masacres contra lxs p.p, en las cárceles de San Juan Bautista (El Frontón), Santa Bárbara (Callao) y San Pedro (Lurigancho). En conjunto, la operación policial y militar se saldó con una masacre de más de 250 personas entre los tres penales.
[2] Un grupo de 8 periodistas se dirigió a la Provincia de Ayacucho, en el Sur del Perú, para hacer un reportaje sobre campesinos que una semana antes habían dado muerte a militantes del “Partido Comunista del Perú”, más conocido en los medios como “Sendero Luminoso”. Esta organización desenvolvía desde 1980 una lucha guerrillera contra el Estado peruano. Camino a la zona de conflicto los 8 periodistas y su guía fueron asesinados (26.01.1983), presuntamente, por los comuneros de la Comunidad de Uchuraccay, quienes posteriormente aseguraron haberlos confundido con miembros de “Sendero Luminoso”. Se formó una Comisión Investigadora presidida por el escritor Mario Vargas Llosa cuyo informe final dictaminó que los campesinos habían ignorado la calidad de periodistas de las víctimas, llegando a confundir teleobjetivos con armas; el grado de analfabetismo y la falta de contacto con el mundo occidental habrían determinado tal confusión. Sin embargo, todos los indicios y diversos informes indicaban que los periodistas o fueron asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas peruanas, o que éstos dirigieron la masacre, o que por lo menos habían dado órdenes de matar a extraños de la zona porque apoyaban a “Sendero Luminoso”. De esta forma, la “Comisión Vargas Llosa” libró de toda responsabilidad a las Fuerzas Armadas, que asumían la seguridad en la zona y la organización paramilitar de campesinos. http://lahaine.org/
internacional/silencio.htm
[3] El libro es una recopilación de los periódicos conservados de La Voz de la Mujer, expresión propagandística de mujeres para mujeres sedientas de libertad, de la región argentina de finales del siglo XIX. Fue editada entre 1896 y 1897 siendo la primera de su clase en Argentina y posiblemente también uno de los primeros órganos de expresión del feminismo anarquista en el mundo. En sus letras encontramos la crítica apasionada y directa a la sociedad en la que vivían, apuntando con sabiduría y determinación los peligros de la autoridad estatal, patronal, eclesiástica y visibilizando especialmente el machismo –la doble esclavitud del capital y del hombre- como limitantes para la plena realización como seres libres.