[Panfleto] Ni “peruano” ni “chileno”: El mar es de los peces

limitrofe

Una crítica antiespecista y antipatriótica sobre el espectáculo del Tratado de La Haya

Así como el oxígeno no tiene un dueño, ni es estático, el mar tampoco. Si le pertenece a alguien, es a los peces que viven en él; es su hábitat, no el nuestro. Muchas personas creen que el mar debe ser “cuidado” o “protegido”, lo cuál sólo evidencia lo perjudicial que es nuestra civilización para el mar y que el antropocentrismo (creencia de que el ser humano es una especie superior a las demás) también se establece con “buenas intenciones”. Los peces no necesitan “cuidarlo”, simplemente conviven en él; en lugar de aprender de esto, muchas personas creen que el Estado debería tener el mar bajo su control, del mismo modo que controla la vida de la población. Pero si por alguna razón es necesario defender el mar, es necesario defenderlo de los intentos de control del Estado, que lo único que haría es convertirlo en territorio autorizado para algunos y prohibido para otros.

El actual diferendo limítrofe entre los estados de Perú y Chile no sólo se trata de una disputa por el control territorial-político sino por el control comercial. Ambos gobiernos ven el mar como una mercancía, como un “recurso natural” al que explotar, y que será alquilado -a través de los impuestos- a empresas pesqueras locales y/o transnacionales y, quizá, centros turísticos. Ambos gobiernos necesitan de la ideología sentimental del patriotismo con el que la población defiende al mismo Estado que la controla, para explotar el mar en su nombre. Se remotarán a viejos acuerdos sobre el papel, harán trámites burocráticos mediáticos y discursos presidenciales que serán transmitidos por televisión, pero eso es todo. Al igual que en elecciones, gane quien gane los resultados no serán los mismos para los empresarios pero sí para la población. Sea donde sea que nos haya tocado nacer, sus victorias son nuestra derrota, porque sus “luchas” no son nuestras.