[Tips para la resistencia] No más agresiones machistas: Autodefensa feminista

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Esta sociedad se asienta en la jerarquía sexual que socializa a las mujeres en el miedo, el consentimiento, la obediencia, la adaptación-resignación y en la entrega total a l@s otr@s. La asunción de esta sumisión tiene unos efectos devastadores en la autoestima, que hace que nos culpabilicemos del malestar y la frustración que sentimos en nuestras vidas. Tanto si asumimos estos roles como si intentamos salir de ellos nos sentimos culpables, ahí está la trampa. Este sentimiento provoca actitudes de pasividad-victimismo y bloquea nuestra rabia, necesaria para el cambio. La obediencia a unos roles impuestos aboca al fracaso.

Ante esa obediencia que anula nuestra autonomía, que nos aísla e impide defendernos, al tiempo que favorece el mantenimiento del orden social, proponemos la autodefensa feminista, que es:

– La toma de conciencia de cómo el miedo y la sumisión se ha instaurado en nuestras vidas, y a partir de ahí poder recobrar la confianza, la autoestima psíquica y física, la seguridad que tenemos las mujeres, a nivel personal y colectivo, frente a un sistema que ignora y somete la vida a intereses patriarcales y capitalistas. Entendemos la autoestima física como la capacitación y la recuperación de nuestras herramientas corporales, mediante el entrenamiento (puntual o constante), para saber responder ante un ataque cuando éste suponga una amenaza a nuestra integridad física. Esta autoestima nos genera la confianza y la seguridad necesarias para estar tranquilas y poder posicionarnos y decidir con claridad cómo reaccionar ante una situación de la mejor manera, ya que no siempre es necesario el enfrentamiento corporal. Además nos proporciona bienestar psíquico para romper las barreras físicas impuestas.

– Una actitud que nos prevenga, nos proteja y nos posibilite una respuesta frente a la violencia. Reconocer el miedo y situarlo, libera la rabia y nos prepara para pasar a la acción. Por eso, reivindicamos la rebeldía como mecanismo de protección y acción ante todo aquello que nos violente.

– Apoyo mutuo. No podemos delegar ni confiar en que las instituciones (jueces, militares, policías, políticos…) resuelvan la violencia patriarcal pues son ellas las que la ejercen, la necesitan y legitiman. La autoridad moral y legal culpabiliza a la víctima (violación, acoso, maltrato…), criminaliza libertades (aborto…) e impide la libertad de nuestras propias vidas. Desde la conciencia personal y colectiva como mujeres en esta sociedad, queremos superar el individualismo y desarrollar el apoyo mutuo como forma de relacionarnos. Porque buscamos fórmulas que nos permitan una resistencia más eficaz, así como la organización creadora e intensa de nuestras realidades.

– Feminista, distinguiéndola de autodefensa femenina que se limita a la defensa personal sin afrontar ni cuestionarse las causas de la violencia.

¡¡¡Ante el terrorismo patriarcal… autodefensa feminista!!!

[Extraído de la publicación ibérica Mujeres Preokupando, Valencia, 2004]

Ideas para cuando camines por la calle sola o en cualquier situación donde te sientas insegura

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– Puedes tener encima un objeto de defensa como GAS PIMIENTA. Es un gas que rociado sobre los ojos provoca un enceguecimiento momentáneo. Se vende en bastantes sitios, viene enfrascado en un aerosol tan pequeño que puedes llevarlo en el bolsillo y tiene una traba de seguridad que al correrla de lugar te permite que el gas salga o no. Su uso es bastante efectivo pero puede ser peligroso si no tomamos las precauciones necesarias para su efectividad deseada. No lo utilices nunca en espacios cerrados, ni con el viento hacia ti, ya que el gas se expande 3 metros a la redonda y puede dañarte. Extiende lo más que puedas el brazo para rociarlo sobre los ojos del agresor y aléjate del lugar. Si tienes que mantenerte en el sitio, utiliza un pañuelo que tape tu nariz y tu boca para no inhalarlo. No lo muestres, sácalo justo en el momento en que estés segura de que lo vas a utilizar, ya que el agresor puede utilizarlo en tu contra. Si vas a recomendárselo a otra persona no olvides nunca pasar esta información.

– Con UN PALO o UNA BOTELLA VACÍA en la mano, los automovilistas y peatones molestos temen por su seguridad y la de su auto, ya que pueden suponerte ebria.

– TRANSPORTARSE EN BICICLETA. La bici es una herramienta que brinda autonomía y salud para todas ya que no envenena el aire y te deja en la puerta de tu casa. Además existe una enorme diferencia entre atravesar un lugar de noche en bicicleta y caminando, la velocidad con la que puedes andar por lugares indeseados pedaleando no es la misma que a pie.

– LAS LLAVES. Si tienes que golpear, sostén las llaves con el puño cerrado y coloca una de ellas entre el dedo mayor y anular de modo que quede una en punta hacia afuera.

– GRITAR. Que no te avergüence ridiculizar al agresor exponiéndolo públicamente y dejando claro que te está molestando.

– GRITAR ¡FUEGO! Si pedimos auxilio el sentido común de la gente es bastante cruel con las mujeres y por lo general no acuden a ayudarnos. El fuego por lo general despierta mayor curiosidad en las personas y temor de que se les queme algo propio, haciéndolas acudir rápidamente.

Si te encuentras en una situación de abuso en un automóvil en marcha:

– MANTÉN LA VENTANILLA UN POCO ABIERTA. Ante cualquier situación de violencia puedes abrir la guantera, sacar los papeles que allí se encuentren por la ventanilla y amenazar con tirarlos. Esta documentación también puede servirte para guardar los datos del agresor y presentar una denuncia. Otro lugar donde se guardan comúnmente estos papeles personales es detrás del espejo que está frente al asiento del/a acompañante, debajo del asiento del conductor/a, y en el guardapapeles de la puerta del conductor/a.

– Si haces auto-stop nunca salgas sin una navaja o un cuchillo bajo la manga, que para la policía puede ser tranquilamente parte de tu equipo de camping.

– INVÉNTATE UNA ENFERMEDAD CONTAGIOSA. Cuando te empiecen a babosear y a hablarte de sexo, puedes decir que desde que estás enferma lamentablemente no tienes relaciones, y seguramente los prejuicios, la ignorancia y la exclusión social hacia l@s enferm@s no le permitirán seguir hablando del tema, y les dará miedo tocarte.

– Utiliza tu IMAGINACIÓN para improvisar con diferentes objetos.

Ante diferentes agresiones, diferentes reacciones

Si conoces al agresor:
– Di NO.
– No te quedes quieta, inmóvil o en silencio mientras ocurre el abuso. Si no puedes hacer nada por miedo a un golpe o porque algo internamente te paraliza, por lo menos sé consciente de lo que te está pasando.
– No te calles. Intenta expresarle al/a abusador/a, aunque sea por medio del llanto, que lo que te está haciendo te hace mal.
– Intenta buscar a alguien de tu confianza para hablar. Tú no eres culpable ni tienes ninguna responsabilidad. Lo que te ocurre no es provocado por ti, es el abusador el que debiera sentir culpa y vergüenza. Nadie merece ser abusad@.
– No existe ningún motivo que justifique al abusador.
– El silencio o intentar olvidar el abuso no son remedios. Al contrario, no sacarte el dolor, la bronca, la culpa o la vergüenza, sólo traen enfermedades.
– No pienses que esta vez va a ser la última, no des más oportunidades a la agresión. La violencia es un lenguaje que una vez que comienza no se termina, renuncia para siempre a comunicarte de esa forma.

Si no conoces al agresor y estás en la vía pública:
– Gritar fuego (muchas veces pedir ayuda o auxilio no da resultado, en cambio el fuego despierta mayor temor y curiosidad en las personas cercanas por lo que se dijo más arriba).
– Puedes tocar los timbres de las casas que estén a tu alcance, entrar en algún negocio o hacer de cuenta que conoces a cualquier persona que ande cerca acudiendo a ella con un saludo o estableciendo un diálogo.
– Si no te queda otra que golpear a quien te ataca, intenta que sea en lugares que duelan mucho, inmovilicen o desmayen. Estos lugares son:
Los testículos (patada, rodillazo, puñetazo, apretón, etc.);
Los ojos (piquete, clavar algo, etc.);
La carótide o nuez del cuello (codazo, puñetazo, hundir con los dedos, etc.);
Los oídos (pegar al mismo tiempo con ambos puños cerrados, morder, etc.);
La nariz (puñetazo de abajo hacia arriba, morder, clavar o introducir algún objeto, etc.).

– Si te sientes abusada cualquier reacción es válida. Desde correr, gritar, golpear o hasta intoxicar a quien te está agrediendo. Elige la forma que te sea más útil y con la que te sientas más cómoda. Ten en cuenta que la violencia muchas veces llega a tales extremos que es tu vida o la de la otra persona lo que está en juego.

[Tomado del folleto Autodefensa para mujeres, accesible en la sección de textos de El Libertario: http://www.nodo50.org/ellibertario/PDF/AutodefensaparaMujeres.pdf]

¿Qué es el Wen-Do?

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Es un método de autodefensa para mujeres, desarrollado inicialmente en las décadas de 1960 y 1970 por Anne y Ned Paige, una pareja de Toronto, Canadá, que partiendo de sus conocimientos como practicantes de diversas artes marciales, e impactados por el ataque a una vecina que fue violada y asesinada en su propio hogar, decidieron organizar un programa que reuniese técnicas fáciles que las mujeres pudiesen usar de forma efectiva y sin necesidad de fuerza o acondicionamiento físico. Debe recalcarse que si bien su base y concepto deriva de las artes marciales, el Wen-Do no es considerado como tal por sus adherentes.

El Wen-Do provee de un conjunto de destrezas físicas para defenderse de una posible agresión, enfocándose en escenarios en que las mujeres suelen ser las víctimas, como violaciones y ataques domésticos. El período de entrenamiento igualmente implica un proceso en el que las mujeres puedan entender las causas de la violencia machista en la sociedad contemporánea, compartir sus experiencias, fortalecer su auto-estima y descubrir la fuerza que existe dentro de ellas mismas

Se trata de una práctica que ha ido convirtiéndose en referencia para el movimiento feminista en Canadá y en Europa, además de difundirse en otras partes del mundo. En Iberoamérica ya existen colectivos de referencia en Argentina, Brasil y España, que promueven talleres de adiestramiento sobre Wen-Do y discusiones sobre su papel en la cuestión de la violencia contra la mujer. Para más información (en inglés) sobre este tema, ir en Internet a www.wendo.ca/pages/home.htm