Comunicado del Centro Social Okupado “La Anarquía”

Niñxs salvajes

El 20 de marzo se cumplió el plazo que nos fue otorgado como límite para residir y continuar llevando a cabo actividades en este espacio: C.S.A. “La Anarquía”, actividades que a su vez van consolidando día a día la idea de un proyecto autónomo. Desde entonces suspendimos las actividades que habían sido ya planificadas, y pasamos a un estado de resistencia constante. Durante los días de resistencia en este espacio autónomo hemos recibido el apoyo de varixs compañerxs que se han acercado para expresar su solidaridad y para sumar fuerzas ante un posible desalojo por parte de los propietarios. Tal acción no se llegó a dar en los días posteriores a la fecha límite, y ya casi a un mes de tal fecha consideramos que ya es tiempo de reactivar este Centro Social Autónomo, aún así no descartamos ese posible desalojo. Es hora de acabar con esa incertidumbre sin bajar la guardia.

Hasta antes de la entrega, el espacio en cuestión se encontraba inhabitable y era frecuentado eventualmente por individuos que utilizaban el lugar para beber y fumar. Los propietarios habían desalojado a los ocupantes anteriores, buscando acelerar el juicio que mantienen con los ocupantes del segundo piso. Posteriormente, el espacio fue cedido a un grupo de confianza de la familia con la intención-excusa de desarrollar actividades culturales con un plazo de tres meses, donde los primeros ocupantes recuperaron y acondicionaron el lugar para su uso.

A las primeras semanas, por iniciativa de los primeros participantes, se convocó a una asamblea abierta en la cual se expusieron varios proyectos en forma de talleres y se planteó que el trabajo se desarrollaría bajo los principios de autonomía, horizontalidad, autoeducación y autogestión.

Durante este primer y segundo mes se dieron diversos conflictos, a causa del cómo se concebía el espacio, personal y colectivamente, además de ponerse en evidencia actitudes paternalistas, incumplimiento de acuerdos, falta de seriedad y falta compromiso de algunos. Al término del segundo mes muchos no sintieron afinidad con los acuerdos de convivencia – como el que sea un espacio “libre de alcohol y humo” – y el ritmo que iba tomando el espacio, terminando así por retirarse y quedando un grupo con mayor afinidad, lo cual conllevó a un replanteamiento general del proyecto.

A partir de entonces se fue concibiendo y gestando un proyecto político que mantenía los principios antes mencionados, buscando consolidarlos: se propuso como un “espacio social”, un espacio abierto a individualidades y colectivos, un espacio de cuestionamiento y continuo crecimiento, un espacio en el cual las prácticas que se desarrollaran sean herramientas para construir y puedan ser socializadas, buscando hacer realidad los bellos ideales que nos impulsan. Nunca buscamos presentarnos de forma ingenua – o manipulativa – como un “Centro Cultural”, y rechazamos la concepción aislada y despolitizada (inofensiva) de esta última palabra, la cual se ha hecho tan frecuente en varios espacios, proyectos o iniciativas institucionales de los últimos años (como tantos festivales y actividades promovidas por la Municipalidad de Lima, Universidades, etc) que buscan promover el “Arte”, la “Cultura” o distintas formas de expresión alternativas-contraculturales como manifestaciones carentes de una crítica al actual orden de cosas o que “no se mezcla con lo político”.

A finales del segundo mes e inicios del tercero, luego de varias reuniones y discusiones, fue que se decidió nombrar al espacio como “Centro Social Autónomo La Anarquía”, debido a que quienes impulsábamos el proyecto confluíamos desde una praxis anarquista, y concebíamos la Anarquía – ese ideal reivindicado desde tiempos atrás por lxs compañerxs que nos precedieron en la lucha – como nuestra propuesta política: una forma de vida, individual y colectiva, donde no se ejerza un gobierno, ni haya quienes se sometan a él. Una ética de vida y subversión.

Lumpen & Conspira

Ya que planteamos el proyecto como un espacio social, consecuentemente entendemos que éste busca ser un espacio abierto a todxs lxs interesadxs en promover iniciativas bajo los principios con los que se formó. No queremos convertirnos en un “gueto” político-contracultural más, ni mantener los límites y errores de experiencias previas a la nuestra. Este proyecto, a pesar de la gran importancia de su existencia, no deja de ser visto por nosotros como un medio, una herramienta entre tantas otras para la difusión, praxis y la construcción de afinidad, sin que esto quiera decir que aspira a un fin situado en un futuro lejano – el día de la “Revolución Social”, el del enfrentamiento físico con el Poder, etc – y, por lo mismo, no nos importen los medios. Es también en el aquí y ahora donde urge dinamitar las formas autoritarias y patriarcales de relacionarnos, cuestionándonos nuestras ámbitos más cotidianos, “privados” y naturalizados: acabando con el policía, el facho, el siervo voluntario, el buen ciudadano y el patriarca que han formado dentro de nosotrxs desde pequeñxs.

Las actividades dentro del espacio se continuaron dando sin interrupciones a lo largo de los últimos tres meses. Entre las tantas que se dieron, cabe resaltar las coordinaciones para la organización de la Primera Feria del Libro y Propaganda Anarquista en Lima-Perú.

Asimismo, durante el periodo de tiempo que abarca desde que ‟oficialmente‟ se nos concedió el espacio hasta la fecha final anunciada por los propietarios, se venían repitiendo avisos constantes de que lo desalojásemos. Una y otra vez se pudo lograr aplazar la fecha que nos imponían, la cual tampoco se pudo postergar por mucho tiempo. Nos llegó un aviso de que nos retirásemos con todas nuestras cosas para el veinte de marzo del presente año, y el cual se anunciaba como definitivo. Conscientes de la gravedad de la situación que nos perseguía, realizamos reiteradas y largas reuniones donde afinamos y reafirmamos los conceptos y las razones que nos mantenían dónde estamos y por las que lucharíamos.

Aquel día decidimos quedarnos, decidimos hacer frente a lo que viniese. En el transcurso de la madrugada de ese día aseguramos todos los posibles puntos de acceso por donde podrían sorprendernos. Sin embargo, debido a un descuido, uno de ellos fue poco revisado y fue por donde unx de los propietarixs ingresó. El hostigamiento se alargó durante muchas horas, la persona que había entrado no tenía las facultades para lograr hacer que nos retirásemos a la fuerza, pero quiénes si la tenían, estaban en camino. Si ellxs entraban todo se acababa. Así transcurrieron las horas hasta que llegaron lxs propietarixs. Decidimos no abrirles la puerta y tras una serie de malos entendidos ellxs llegaron a pensar de que habíamos secuestrado a su familiar dentro. Buscaron el apoyo de la policía pero no tuvieron éxito. Fortuitamente, la persona que ingreso a nuestro espacio tuvo que salir a través de la grieta que nos une con el edificio de a lado –propiedad de otros. Se suceden situaciones de conversación y discución con lxs propietarixs fuera del espacio que finalizó en un aplazamiento para el sábado de esa semana, donde supuestamente quedaríamos en un acuerdo para retirarnos en tres meses más. Ellxs sabían que no accederíamos, no se molestaron, nunca se presentaron.

Desde aquel momento, el proyecto comenzó una nueva etapa: pasamos a ser el Centro Social Okupado “La Anarquía”, manteniéndonos y buscando profundizar los principios bajo los que se formó. Consideramos que este espacio ha ido y seguirá nutriéndose (esperemos que así sea) por personas que participan autónomamente en otros espacios y proyectos propios, habiendo reconocido un tipo de afinidad con el nuestro, ya sea reivindicándose o no como “anarquistas”. Porque fuera de las etiquetas reconocemos que nuestra lucha es compartida y forma parte de las experiencias de lucha y resistencia de las clases oprimidas y sectores subalternos y marginales.

El proyecto continuará porque lo vemos necesario; porque consideramos a la propiedad privada como uno de los fundamentos de la actual sociedad, y, por lo mismo, es que aparece como una necesidad subvertirla y colectivizar los espacios como parte de nuestro proceso de emancipación. Nuestra historia como “oprimidos” ha transcurrido como un largo proceso de resistencia y enfrentamiento con el Poder, (con una innumerable lista de masacres, rebeliones e insurrecciones frente a los despojos y ataques desde el Poder), tomas de tierras y recuperaciones por parte de las comunidades campesinas, de “desbordes” de ciudades como la Lima de las élites, de “invasiones” en arenales, hasta la actual defensa del territorio por parte de los pueblos frente al avance del Capital para sus fines extractivos. Y en las megaurbes como Lima surge la necesidad de quebrar con las actuales tendencias y lógicas de la especulación inmobiliaria, y la violencia del proceso “modernizador” de las ciudades para los intereses del Capital.

Dentro de este contexto es que este comunicado a tomado forma viéndolo necesario y siendo el primero dentro de muchos documentos que vamos a proponernos generar. Y a modo de conclusión: llamamos a todxs lxs afines e interesadxs a sumar ideas y manos a este proyecto. Vemos una necesidad profundizar y radicalizar los planteamientos; darle continuidad a los cuestionamientos y propagarlos, y convertirlos en atentados contra esta realidad opresora, nuestras vidas en constante antagonismo.

Contra toda Autoridad, el Capital y el Patriarcado
Contra toda forma de explotación y dominación.

¡Procuramos que viva la Anarquía!

Centro Social Okupado “La Anarquía”
Mayo 2014